1. Singularidades del modelo económico de la CAPV.
La economía vasca fue pionera en el desarrollo industrial del Estado español, cuyo proceso de industrialización tiene lugar en el contexto proteccionista que se inicia a principios de siglo.
El brusco viraje de la economía española a través del Plan de Estabilización de 1959 y la vía aperturista de los sesenta supondrán los primeros pasos hacia un nuevo modelo que romperá las bases sobre las que se apoyó durante más de medio siglo el espectacular despegue económico de Euskadi. En esta fase, pese a la favorable coyuntura española, se evidencia ya la debilidad del crecimiento económico vasco que es sobrepasado significativamente por otras regiones españolas. (especialmente si exceptuamos el Territorio Histórico de Alava).
La crisis económica internacional iniciada a finales de 1973 afectó notablemente a la economía vasca. Esta debe afrontar también, en una coyuntura económica desfavorable, las fuertes alzas salariales que tienen lugar en la economía española durante la segunda mitad de los setenta y principios de los ochenta.
En la década de los ochenta, el propio proceso de integración en la UE viene a suponer, el desmantelamiento de los últimos vestigios proteccionistas de la economía española, poniendo de relieve las significativas debilidades estructurales de la economía vasca incubadas durante el largo período de crecimiento al amparo de la competencia exterior.
La situación actual se caracteriza por una serie de aspectos que de forma sintética son los siguientes:
La base industrial vasca sufre una profunda crisis, puesta de relieve a través de la desaparición de numerosas empresas y la persistencia de elevadas tasas de desempleo.
La mayor parte de las actividades industriales que constituyen la base económica de Euskadi sufren un notable retroceso de demanda, quedando caracterizados a nivel internacional como "sectores de demanda débil". La expansión terciaria de Euskadi durante estos últimos años ha sido claramente insuficiente para compensar la crisis industrial. La economía vasca alcanza en la actualidad unos niveles de terciarización muy bajos, inferiores a los que cabría esperar de su potencial económico y grado de desarrollo.
El modelo económico a nivel territorial de Euskadi queda caracterizado por ciertos aspectos sectoriales que destacamos
seguidamente:
En casi toda la CAPV el sector industrial presenta un peso específico determinante en la estructura productiva. La especialización económica se centra en torno a los sectores del metal. Este es el caso del Territorio Histórico de Gipuzkoa (excepto Donostia-San Sebastián), o Durango y Llodio. En estas zonas, la fuerte crisis industrial y la generación de excedentes laborales ha dado paso a una situación de estancamiento debido a la debilidad de la inversión y unas expectativas no muy favorables que varían según los casos, debidas a la tipología de demanda débil de la mayor parte de las actividades productivas.
Unicamente tres espacios mantienen una cierta diversificación sectorial, planteada ésta en torno a los sectores básicos. En esta situación se encontrarían el Bilbao Metropolitano, Donostia-San Sebastián y su entorno inmediato o las zonas centrales de Alava y, en particular, Vitoria-Gasteiz.
El Bilbao Metropolitano no ha desarrollado su potencial de crecimiento en estas actividades, habiéndose producido un escaso aprovechamiento de las potenciales ventajas comparativas de Bilbao como centro de servicios para un espacio que sobrepasaría los límites territoriales de Euskadi.
El sector agrícola presenta todavía una importancia relativa considerable en zonas como los entornos de Gernika y Markina o en comarcas como La Llanada y La Rioja Alavesa. Conviene destacar que se trata, en su mayor parte de una agricultura rentable desde el punto de vista productivo y generadora de rentas elevadas entre su población. Dado el escaso volumen de ésta, la atracción de algunas inversiones industriales hacia sus municipios sitúa a estas comarcas alavesas entre las Areas Funcionales con mejores perspectivas dentro de Euskadi. No es este el caso de Gernika-Markina, con mayores dificultades para su industria alimentaria y para el potencial endógeno en relación con los espacios que la rodean.
2. Principales retos de la economía vasca.
El hecho de la globalización de la economía está modificando sensiblemente las condiciones y reglas de juego de la competencia e, incluso, de los propios intercambios. Las empresas vascas necesitan mantener y conquistar partes de un mercado que se ha establecido a nivel mundial. El espacio transnacional se ha convertido en el lugar donde se desarrolla la lucha que mantienen las grandes multinacionales y que, para evitar ser aniquiladas por las competidoras, se ven obligados a formar alianzas en base a oligopolios mundiales que funcionan según grandes sectores de actividad.
Por otro lado, el avance científico y el desarrollo tecnológico han hecho progresar a los diferentes países y a sus economías, han permitido un aumento del nivel y la calidad de vida de los ciudadanos, pero, sin embargo, su rápida y veloz integración en los sectores más susceptibles de integrarlos, como son los sectores productivos, han propiciado también el que estemos conociendo la cara opuesta del desarrollo científico y tecnológico. Es evidente que la inadaptación social a este desarrollo es causa de que se originen situaciones no deseables como las que conocemos de desaparición de empleos, pero es que, sin dicho desarrollo, también perderíamos la posibilidad de beneficiarnos de la capacidad intrínseca que tienen las nuevas tecnologías al permitir que se produzcan y se genere riqueza con menor esfuerzo humano.
Por ello, es conveniente retener el hecho de que es, precisamente, el avance científico y el desarrollo tecnológico quienes permiten a las empresas innovar y mejorar sus producciones y trabajar en un mundo que se ha globalizado, generar nuevas áreas de actividad, nuevos productos, nuevos servicios y elevar, en definitiva, el nivel de vida de los ciudadanos (mejoras en la sanidad, en la educación, en el transporte y la comunicación, etc...).
También paralelamente asistimos a una transformación y a un desplazamiento trascendental e importante de las principales fuentes de valor añadido y que están transfiriendo la importancia de lo que se conoce como el tratamiento directo de la materia hacia lo que es el control de aquello que conocemos como inmaterial o intangible. Esta mutación supondrá una revolución para aquellos países que deseen continuar viviendo con salarios altos en la nueva distribución internacional del trabajo. Se trata de una revolución a la que muchos expertos califican ya de "revolución de la inteligencia". El papel estratégico que juega esta inversión inmaterial es, precisamente, el que está modificando las reglas de juego de la economía tradicional y permitiendo que surja otra nueva economía que obedece a unas reglas, totalmente nuevas, y que muestran, con toda claridad, la obsolescencia de las reglas de juego y de los hábitos y comportamientos sociales clásicos.
Para la mayoría de los países desarrollados, hoy en día, la riqueza de un país reside esencialmente en lo que se conoce como capital inmaterial o intangible. Las transferencias de este capital representan flujos transfronterizos invisibles y cada vez son más cuantiosos e importantes, debido al desarrollo de las
tecnologías de la información y de la comunicación. De este modo, la economía se ha vuelto más fluida, volátil y se organiza siguiendo una lógica de red, a escala planetaria, y no tiene en cuenta ni las limitaciones de espacio, ni las soberanías nacionales. En la construcción del futuro, la base de la apuesta se centra en adaptar a las nuevas exigencias las actividades tradicionales desarrolladas en los tres sectores de actividad y preparar las bases donde se asiente la extensión y el desarrollo de nuevas actividades productivas y de servicios que propician las nuevas tecnologías. En este sentido el futuro de la economía vasca pasa por no renunciar a la necesaria diversificación de las actividades económicas en el contexto de un nuevo mundo donde el mercado se mueve a un nivel cada vez más internacional pero donde las respuestas se ofrecen, sobre todo, a nivel local.
Cada uno de los sectores de actividad económica conoce sus propias especificidades ante el reto de la modernización y la respuesta a las nuevas reglas de juego internacionales, en todos casos pasa por la adaptación lo que en general representa de desaparición de tareas tradicionales y sustitución por otras nuevas, lo que a su vez conduce a otro reto importante como es la readaptación de los recursos humanos necesarios y esto es palpable en todos los ámbitos de la actividad económica. El reto de crear empleo y saber integrar a las generaciones jóvenes que acceden al mercado de trabajo, condicionan también la apuesta hacia el futuro en el convencimiento de que ya no vale hacer más de lo mismo sino innovar y adaptarse a las nuevas exigencias.
Sector primario. Un somero repaso a la situación actual de este sector nos muestra a las claras el proceso de regresión que ha conocido al menos en lo que a tasa de ocupación se refiere. La agricultura gracias a la mecanización y a los avances conocidos fue perdiendo rápidamente empleo, sin que ello repercutiera en el producción. Muy al contrario aumentó fuertemente la misma.
La competencia de los mercados y la integración en la Unión Europea rápidamente hicieron notar sus efectos, la aparición de las cuotas de producción es la consecuencia más evidente de este cambio. Se hace necesaria una reconversión de la producción agroganadera y pesquera, pero surge a su vez la oportunidad para el cambio.
Las nuevas demandas de consumo ligadas a la búsqueda de la calidad y del producto natural y autóctono han originado la posibilidad de diversificación de la producción agraria con nuevas producciones y una oportunidad para la transformación de la misma. La labor realizada en torno a la adjudicación de los label de calidad en multitud de productos favorece su posterior comercialización y venta. La diversificación del sector primario también se ha efectuado por medio de la búsqueda de actividades complementarias con el objetivo de mantener las explotaciones agroganaderas. Tal ha sido la extensión del agroturismo en los caseríos vascos, como actividad de complemento a la actividad propia del caserío y que ha contribuido a su vez a ampliar y diversificar la oferta turística en torno a ofertas de turismo rural y natural.
El sector pesquero sujeto también a un proceso de reconversión de su capacidad extractiva, se enfrenta a la búsqueda de alternativas que pueden ir dirigidas desde la producción "On Shore" hasta la búsqueda del valor añadido en el tratamiento, distribución y venta del pescado.
El sector industrial. Tradicionalmente basado en la industria de equipos y el los transformados metálicos, se ha visto sujeto a diversas etapas de ajuste, quedando en la actualidad ciertos sectores pendientes de su reconversión.
Si los sectores industriales que precisaban de gran cantidad de mano de obra, gran parte de ella escasamente cualificada, son quienes más han sufrido el ajuste por la apertura de la competencia a nivel mundial, el apostar y trabajar en la difusión de las tecnologías, permite fabricar dentro de los parámetros exigidos en el contexto mundial, ser competitivos y luchar por el mercado ofertando productos con valor añadido, es una de las grandes apuestas del sector productivo vasco.
La industria en Euskadi es consciente del papel que puede jugar en el contexto mundial si trabaja de acuerdo con las exigencias de dicho mercado, donde la rapidez de respuesta, la calidad y el mantenimiento de los precios se erigen en claves de supervivencia.
Un hecho relevante a subrayar también es que, en el futuro, el factor distancia perderá importancia con respecto a otros factores. Tanto el desarrollo de las telecomunicaciones como las nuevas técnicas organizacionales que se van implantando en las empresas, contribuirán a ello. La proximidad geográfica irá perdiendo fuerza con respecto a la proximidad organizacional y es que la economía local está siendo considerada cada vez más como un nudo que se encuentra enclavado dentro de la economía global. Fuera de esta última referencia, las empresas apenas tendrán una viabilidad significativa que garantice su supervivencia. Las técnicas organizacionales conocidas como JIT, acrónimo de "just in time", que se corresponden a un conjunto coherente de técnicas de organización y de gestión de la producción entienden que la gestión de la calidad, la frecuencia de suministro, la delegación de competencias y la capacidad de innovación y de reacción de las empresas son objetivos prioritarios para alcanzar y mantener unos buenos niveles de competitividad. La proximidad territorial pierde importancia frente a la proximidad funcional derivada de las empresas que aplican sistemas organizacionales parecidos como es el caso del JIT cuya implantación depende sobre todo de la dirección de las empresas y de las actitudes de los trabajadores ante estas nuevas técnicas organizacionales.
Este hecho se convierte en una oportunidad para Euskadi a la que siempre sitúan en la periferia del "cuore" europeo. Si las empresas vascas alcanzan esta sintonía de proximidad organizacional con aquellos que pueden ser sus mercados o sus compradores, no existirán trabas respecto de su ubicación periférica, lo cual desmitifica a su vez las razones de la mejor posición comparativa de unas regiones de Europa respecto a otras, que no se basa tanto en su ubicación geográfica, sino en el cambio organizacional y social que debe asumir.
Como bien se recoge en el informe de 1994 sobre el Marco General de la Política Industrial: "las nuevas claves de la competitividad regional se centran en factores intangibles. La capacidad organizativa, la agrupación de voluntades, la gestión y el análisis estratégico son, entre otros, los principales elementos diferenciadores de unas regiones sobre otras y los que propician las diferencias en el desarrollo económico".
Esta reflexión no sólo es válida en el marco de una política industrial sino que pueden ser suscritas en cualquiera de los ámbitos de actividad.
El sector terciario. Es quizá una de las asignaturas pendientes que tiene Euskadi. Es cierto que el sector de los servicios emplea ya a más de la mitad de la población, pero presenta dos grandes déficits:
Un desequilibrio importante en el volumen del sector entre la parte de los servicios conocidos como no mercantiles, es decir todo aquello que integra a los servicios públicos y semipúblicos, frente a un sector servicios mercantil muy inferior a la media europea.
Una cierta falta de calidad en los servicios que se prestan. Así como para la industria el concepto de calidad se convierte en una de las claves de su supervivencia, el sector de los servicios aún no tan sujeto a la competencia internacional, no se está preparando con igual intensidad para impedir una futura crisis que provendrá de la facilidad de contratar servicios fuera de nuestras fronteras. La búsqueda de la calidad y de la excelencia son primordiales también en este sector.
El primero de los elementos lo juzgamos como importante, ya que este desequilibrio significa que nuestro entramado económico y social adolece de gran cantidad de servicios comunes en las sociedades que compiten con nosotros. La menor oferta de servicios personales o de proximidad, o la demanda de que en muchos casos este tipo de servicios deban ser públicos: cuidado de niños y ancianos, por ejemplo, impiden en otros aspectos la necesaria adaptación social a los cambios detectados. La potencialidad que muestra gran parte del territorio para impulsar el sector turístico, no sólo en los meses estivales, sino a lo largo del año. Los servicios a las empresas en un entramado industrial de PYMEs resulta imprescindible. En esta línea la C.A. de Euskadi debe preparar las infraestructuras necesarias que faciliten el desarrollo de este sector, mediante la promoción de áreas de actividad especiales, zerbitzualdeak, conectadas con el entramado industrial del área específica donde se circunscriban y con la red de los Parques Tecnológicos. Ofrecer a las generaciones jóvenes con preparación técnica la posibilidad de desarrollar proyectos empresariales en este sector.
El segundo de los elementos de desequilibrio del sector terciario en Euskadi es también importante. Aunque este sector aún no sufra las consecuencias de la competencia internacional como el sector industrial, es un fenómeno que va a surgir en las próximas décadas. Las oportunidades que dan las autopistas de la información, permitirán la entrada de servicios en nuestra economía, si no trabajamos también en este sector en clave de calidad. A través de estas redes se puede comprar y vender, se pueden ofrecer servicios educativos, médicos y empresariales. Si el sector de servicios vasco no se prepara para esta realidad, serán servicios ajenos a nuestro territorio quienes los ofrezcan a nuestras empresas y a nuestro tejido social.
3. Objetivos en relación al modelo socioeconómico.
La adaptación del territorio a los avances científicos y al desarrollo tecnológico, y la competencia a nivel mundial exige que Euskadi alcance una serie de objetivos que a título orientativo se centrarían en:
Unas directrices de asentamientos tanto para las actividades que necesiten de su traslado para adaptarse a nuevos métodos de producción, como para aquellas que surjan nuevas o que elijan Euskadi para asentarse, de acuerdo con unos factores de localización que garanticen a las empresas y a los servicios vascos contar con los mismos elementos con que cuentan sus homólogos en cualquier país del mundo.
Acceso a los centros de decisión. La C.A. de Euskadi, no sólo debe finalizar en un horizonte temporal de 10 años, las obras de infraestructura de comunicaciones aérea, viaria y férrea que permita la verdadera vertebración de su territorio sino que el acceso a los centros de decisión significa además conexión rápida y directa con cualquier parte del mundo a través de la mejora de sus conexiones aéreas y ferroviarias
Un aumento del nivel de formación de la población. La ordenación de un sistema educativo que concilie los deseos de formación de la población con la demanda de empleos que surgen en la sociedad. La C.A. de Euskadi debe valorar con fuerza su principal recurso que es el capital humano. El avance científico y el desarrollo tecnológico necesita de profesionales, en definitiva de personas que precisan mantener a lo largo de su vida profesional una actitud de continuo aprendizaje. El avance científico y el desarrollo tecnológico van a generar la posibilidad de ejercer diversas actividades a lo largo de la vida activa. Esto precisa de personas polifuncionales, lo cual a su vez requiere un sistema de formación continua desarrollado y un sistema de formación que permita a los ciudadanos concluir un proceso curricular a lo largo del tiempo y no restringir el periodo de formación a la época joven de estudiante sin actividad profesional. Este reto implica una enseñanza básica amplia, un sistema de formación profesional que integra en su enseñanza los avances científicos, una enseñanza superior de excelencia. La red educativa de equipamientos adquiere por ello una gran relevancia en la preparación de nuestro futuro.
Un sector de servicios, donde se incluyen los servicios a las empresas eficaz y competitivo. Para ello es preciso diseñar las infraestructuras y equipamientos que permitan ese desarrollo: zerbitzualdeak, parques tecnológicos, centros de innovación, etc..., en la línea que comienzan a desarrollarse.
Las líneas estratégicas de futuro que deben orientarse en el aspecto relativo a la terciarización de las actividades productivas y el consiguiente auge de los intangibles, que consiste básicamente en poner a disposición de los ciudadanos vascos las infraestructuras necesarias que permitan el avance en estas actividades emergentes, señalando como principal las infraestructuras de telecomunicaciones.
Fomentar la investigación precompetitiva que permita la aparición de nuevos elementos dinamizadores de la economía.
Preparar las infraestructuras que permitan el aprovechamiento de estos avances. Permitir a su vez el desarrollo de los equipamientos de innovación, tales como se han apuntado anteriormente: centros tecnológicos, centros de innovación.
4. Hacia una estructura espacial equilibrada de actividades económicas en la comunidad autónoma de Euskadi.
Al margen de los objetivos generales en relación con el modelo socioeconómico de nuestra Comunidad Autónoma, desde unas Directrices de Ordenación Territorial, se considera importante aportar criterios para conseguir un territorio más equilibrado. En este punto, las actividades económicas jugarán en el futuro un papel relevante. Se sugieren los objetivos y líneas de trabajo siguientes:
Propuesta de medidas para la recuperación económica de las zonas de la Comunidad Autónoma del País Vasco que tienen menores niveles de renta per cápita de la población.
Adoptar medidas para combatir el deterioro de las expectativas económicas en los espacios más amenazados en este sentido.
Adoptar medidas para resolver la "desconexión" de determinados ámbitos con respecto a los ejes de máxima accesibilidad de la Comunidad Autónoma del País Vasco.
Propiciar la "difusión" del desarrollo económico del Bilbao Metropolitano hacia las zonas próximas con objeto de lograr un equilibrio mayor en el Territorio Histórico de Bizkaia.
Propiciar una mayor "difusión" del crecimiento y desarrollo económico en el Territorio Histórico de Alava.
Desde el punto de vista económico se considera deseable la potenciación de áreas y núcleos del territorio con una importante oferta cultural y turística y con un desarrollo complementario de la segunda residencia.
Establecer medidas para lograr la máxima "Integración Social" de la población de la Comunidad Autónoma (a niveles urbano y territorial) tratando de evitar los frecuentes procesos espontáneos de segregación.
Establecer medidas tendentes a posibilitar la viabilidad de los pequeños núcleos rurales, especialmente los sometidos a fuertes procesos de recesión demográfica, envejecimiento y abandono.
5. Enfoque prospectivo. Retos y desafíos de futuro.
Promover un crecimiento económico generador de empleo.
Ordenar en el territorio espacios que procuren la creación de distritos industriales y el establecimiento de servicios a empresas.
Evolucionar desde una economía manufacturera hacia una estructura que favorezca el desarrollo de lo inmaterial o intangible.
Fomentar la cultura de las alianzas en el entramado de las Pymes vascas, que les permita un adecuado posicionamiento en un entorno global y competitivo.
Readaptación constante de las competencias de los trabajadores a través de un proceso continuo de formación.