Tomando como referencia las demandas de agua actuales y las previstas en los años horizonte, y considerando las aportaciones medias anuales de los ríos en su desembocadura, sin ningún otro tipo de consideraciones, podemos afirmar que la Comunidad Autónoma del País Vasco, dispone de gran cantidad de recursos hidráulicos. Concretamente 5.200 Hm3/año de aportaciones medias frente a unas necesidades para toda la CAPV de 520 Hm3/año (uso urbano, industrial y agrario).
La irregularidad con que se presentan las aguas, la situación de los asentamientos urbanos en las cuencas bajas de los ríos y la contaminación del recurso, hacen que este panorama de abundancia se torne en deficitario.
Los recursos hídricos superficiales regulados suman en la actualidad 286 Hm3, lo que supone un 65% de la demanda actual. El hecho de que el 85% de estos recursos regulados se encuentre en cuatro embalses, Ullibarri (120 Hm3), Urrunaga (60 Hm3), Ordunte (22 Hm3) y Añarbe (44 Hm3), supone un reparto desigual en la localización geográfica de embalses reguladores, existiendo amplias zonas donde todavía se realiza el abastecimiento de agua mediante captaciones directas, con los problemas que este sistema conlleva, debido precisamente a la contaminación de las aguas y a la escasez de caudales en épocas de estiaje.
Con respecto a los recursos subterráneos de la Comunidad Autónoma, se han localizado un total de 28 Unidades Hidrogeológicas, totalizando las mismas unos recursos regulables de 241,6 Hm3/año con un aprovechamiento actual de 125,1 Hm3/año.
La Comunidad Autónoma Vasca, y especialmente las grandes ciudades, se abastece muy mayoritariamente a partir del aprovechamiento de aguas superficiales reguladas mediante embalses. Buena parte de la población de la mitad húmeda de la Comunidad Autónoma (vertiente atlántica) concentrada en el Area Funcional de Bilbao, se abastece con recursos superficiales de la mitad seca (vertiente mediterránea), mediante el sistema de embalses alaveses del Zadorra. La calidad de las aguas de los ríos de la Comunidad Autónoma del País Vasco depende fundamentalmente del nivel de contaminación existente y constituye, de hecho, uno de los más graves problemas medioambientales actualmente existentes en Euskadi.
Los vertidos, tanto domésticos como industriales, realizados a ríos y regatas, han deteriorado la calidad de las aguas fluyentes hasta unos niveles tales de contaminación que, superando su capacidad de autodepuración natural, imposibilitan el uso y disfrute de sus aguas en gran número de tramos e incluso convierten algunos otros en verdaderas cloacas.
La mejora de la calidad de estos recursos hídricos superficiales, dada su situación actual, requiere la actuación decidida y planificada, con medidas correctoras que actúen sobre focos contaminantes.
Las soluciones a estos graves problemas serán distintas según se trate de focos contaminantes puntuales (desagües de colectores, vertederos, instalaciones ganaderas, etc.) que admiten un planteamiento preventivo mediante la Ordenación del Territorio, o se trate de contaminación difusa (uso de plaguicidas, herbicidas y fertilizantes en la agricultura) cuya solución pasa inevitablemente por cambios en las prácticas agrícolas contaminantes.
En el caso de recursos hídricos subterráneos, la lucha contra la contaminación debe plantearse desde un punto de vista preventivo, ya que las situaciones de contaminación de acuíferos son prácticamente irreversibles por sus características especiales y por su bajísima capacidad de autodepuración, a causa de la ausencia de oxígeno y luz solar.
Otro aspecto negativo de la realidad histórica de los ríos de la Comunidad Autónoma del País Vasco, de especial gravedad por sus efectos sobre personas, ciudades, comunicaciones y servicios, son las inundaciones que, con una periodicidad implacable, se repiten en la Comunidad.
La redacción del Plan Integral de Prevención de Inundaciones ha permitido conocer y evaluar las zonas de riesgo por inundaciones de la CAPV, proponiendo alternativas de protección que van desde medidas "blandas" de ordenación territorial hasta medidas estructurales de rectificación y adecuación de cauces. El fondo de los valles y llanuras de inundación constituyen un recurso escaso sometido a gran actividad, y por tanto se transforman en objetivo estratégico, económico y político para los diversos agentes que operan en el territorio. Este modelo de asentamiento sobre el escaso suelo disponible en la CAPV para las actividades humanas, conjugado con unas inundaciones periódicas que producen importantes pérdidas humanas y económicas, lleva a intentar definir un equilibrio entre las plusvalías obtenidas del uso de las zonas de riesgo y las pérdidas que se producen por inundación de las áreas urbanas y por afección a infraestructuras. Una conclusión inmediata es que no se puede renunciar a ocupar las llanuras de inundación como sostén de la actividad socio-económica, ni a las cuencas de recepción como áreas productivas primarias, pero es imprescindible establecer entre la necesaria protección de las vegas fluviales como elementos indispensables para la protección de los recursos hídricos y las eventuales actividades que en ellos se prevea ubicar estableciendo en qué casos esa ocupación resulta inadmisible y, en cuáles, puede llevarse a cabo con las imprescindibles regulación y limitaciones de uso, incluyendo tanto aspectos ambientales como criterios de inundación recurrente para que el balance sea aceptable, y en el entendido de que, aún en las vegas que puedan ocuparse, del modo que resulte adecuado, se conserven las riberas y márgenes fluviales libres de alteración, salvo en circunstancias de excepcional e inevitable necesidad.
La gestión de los servicios de abastecimiento de agua y saneamiento es muy variada, y los sistemas actualmente existentes difieren de acuerdo a las necesidades planteadas y a las tradiciones locales, existiendo un amplio espectro que va desde la agrupación mancomunada o en consorcios hasta la gestión de carácter unimunicipal e incluso por ámbitos más reducidos todavía, como sucede en Alava.
Actualmente, la necesidad de coordinar esfuerzos e iniciativas, juntamente con razones técnicas, legales y financieras, están propiciando que la gestión se realice en forma de mancomunidades o consorcios con objeto de incrementar el nivel de calidad de los servicios.
Actualmente, el criterio predominante es que la planificación, gestión y administración de los recursos hídricos debe abordarse globalmente, con objeto de alcanzar criterios unificadores de gestión integral de los sistemas acuáticos. Ese criterio debe guiar a la Administración Hidráulica Vasca, que desde el 1º de Julio de 1.994 ha recibido las transferencias en materia de aguas respecto a las cuencas intrautonómicas, y una encomienda de gestión en las interautonómicas, ambas asignadas al Departamento de Transportes y Obras Públicas del Gobierno Vasco.
2. Enfoque prospectivo. Retos y desafíos de futuro
La demanda de agua y de su calidad ha crecido ininterrumpidamente en los últimos años, lo que le ha ido convirtiendo en un recurso escaso y cada vez más caro, tendencia que se prolongará en los próximos años. El ahorro y el aprovechamiento racional de los recursos hídricos se impone para hacer frente a los retos de futuro.
Las exigencias en la calidad de las aguas no cesarán de crecer por lo que será preciso adoptar medidas para frenar los vertidos y la contaminación de nuestras aguas y acelerar su recuperación medioambiental, de forma que podamos disponer a largo plazo de unos recursos hídricos de calidad. En este sentido las tendencias apuntan a la necesidad de aplicar la máxima de "quien contamina paga".
La valoración económica y social de los sistemas acuáticos como consecuencia de la demanda existente para el uso y disfrute de los espacios naturales por parte de la población vasca supone un importante reto de futuro. En esta misma linea, surgirán cada vez con más fuerza las exigencias ciudadanas para la mejora de la calidad de vida de nuestro territorio.
La educación, información y formación de los ciudadanos es también una de las principales actuaciones que cara al futuro harán efectivas las políticas de ahorro y de recuperación medioambiental del agua.
Las políticas del agua tienden a contemplar todo el ciclo, lo que incluye su captación, tratamiento, uso y posterior depuración y vertido. En consecuencia, cualquier política habrá de contemplar el buen funcionamiento a todos los niveles del ciclo.
3. Objetivos y Criterios
3.1. Satisfacer las necesidades de abastecimiento (demanda urbana, industrial y agrícola fundamentalmente), corrigiendo los desequilibrios territoriales que puedan existir.
3.2. Protección y, en su caso, recuperación de los sistemas acuáticos, desde la perspectiva de su condición de ecosistemas sobre cuyo funcionamiento natural incidirán no sólo su utilización como recurso propiamente dicho, sino prácticamente cualquier actividad sustancial que se realice sobre el territorio de la cuenca hidrográfica.
3.3. Creación de la infraestructura de captación, regulación, transporte y tratamiento necesaria para poder atender las demandas de agua previstas en los años horizonte, dando prioridad a las actuaciones encaminadas a una mejora de la funcionalidad y de la gestión.
3.4. Protección de los recursos hídricos superficiales y subterráneos desde la perspectiva de la unidad del ciclo completo del agua, estableciendo las limitaciones de uso necesarias con el fin de conseguir una mejora de la calidad de vida y de recuperar las posibilidades potenciales de uso de ríos y embalses.
3.5. Integración de los recursos hídricos subterráneos, con carácter prioritario, en los nuevos esquemas de abastecimiento, dado su menor coste económico y bajo impacto ambiental. Para ello es necesario abordar una investigación exhaustiva de su volumen real en el ámbito de la CAPV.
3.6. Evitar en lo posible nuevos trasvases de la vertiente seca, mediterránea, de la CAPV hacia la húmeda, cantábrica, optimizando en esta última la regulación de sus recursos hídricos, mucho más abundantes que en la vertiente mediterránea.
3.7. Mejora de la gestión del ciclo completo del agua (abastecimiento y saneamiento) a través de la creación de Organismos Supramunicipales específicamente orientados a ello.
3.8. Reducción de los riesgos potenciales de inundación actualmente existentes en algunas cuencas de la Comunidad Autónoma, procurando mitigar los daños que producen los desbordamientos de los ríos y promoviendo una política preventiva basada en la idónea ubicación de usos y actividades.
4. Directrices y Normas de Actuación
4.1. Instrumentos de Planificación Hidrológica
4.1.1. La planificación de los recursos hidraúlicos en la Comunidad Autónoma del País Vasco, tal y como establece la Ley 29/1985, de 2 de Agosto, de Aguas en su artículo 38.2, debe realizarse básicamente mediante las determinaciones que establezca el Plan Hidrológico Nacional y los Planes Hidrológicos de Cuenca.
4.1.2. Los Planes Hidrológicos referidos en el artículo anterior se elaborarán en coordinación con las diferentes planificaciones que les afecten, estableciéndose como criterio que dicha coordinación debe realizarse primordialmente en la fase de elaboración de los planes. En particular, y a efectos de sus previsiones futuras, los Planes Hidrológicos se apoyarán en lo establecido en estas DOT con respecto a la configuración del modelo de asentamiento de la población, de la actividad económica y de la protección de espacios naturales en la Comunidad Autónoma.
4.1.3. Se elaborará un Plan Hidrológico de las Cuencas Internas de la Comunidad Autónoma Vasca, con carácter de Plan Territorial Sectorial, que, junto con los Planes Hidrológicos de las cuencas del Ebro y Norte II y III configure un documento de planificación único de referencia para toda la Comunidad Autónoma, como fruto de la colaboración de las administraciones competentes.
4.1.4. Con carácter inmediato, y para su posterior inclusión en los planes hidrológicos citados, deberá elaborarse un Plan Director de Saneamiento y Depuración de las Aguas Residuales de la Comunidad Autónoma Vasca que incluya, técnica y económicamente, las actuaciones y criterios a adoptar para la consecución de los objetivos de calidad idóneos de los recursos hídricos en la Comunidad Autónoma.
4.1.5. Como herramienta necesaria para la Planificación Hidrológica, la Administración Hidráulica Vasca unificará y se hará cargo de una Red de Observación y Vigilancia Meteorológica, Hidrológica y de Calidad y del Estado Ambiental de las Aguas de la Comunidad Autónoma Vasca.
4.2. Criterios para la Planificación Hidrológica de la CAPV
4.2.1. Correspondencia con el Modelo Territorial
Además de las consideraciones de carácter sectorial, la Planificación Hidrológica de la CAPV tendrá en cuenta el Modelo Territorial planteado en estas DOT. En particular, para las hipótesis de crecimiento demográfico y para la previsión de futuras áreas de actividad económica, se tendrá en cuenta las determinaciones del apartado de Ordenación del Sistema de Asentamientos de las DOT.
4.2.2. Criterios Generales
El Plan Hidrológico de los Cuencas Internas de la Comunidad Autónoma Vasca y el documento de integración con los de las cuencas intercomunitarias señalados en el artículo 3.1.3. de este capítulo procurarán aunar y coordinar los criterios y estudios realizados por distintos Organismos e Instituciones en correspondencia con el Plan Hidrológico Nacional y los demás Planes Hidrológicos de Cuenca ordenadores de los recursos hídricos de la CAPV (P.H. Norte II, P.H. Norte III y P.H. Ebro). El Plan Hidrológico de las Cuencas Internas de la Comunidad Autónoma Vasca estará estructurado y su contenido será acorde con lo previsto en el artículo 40 de la Ley 29/1985 de Aguas.
4.2.3. Protección de los Recursos Hídricos
De forma orientativa se considera que el citado Plan Hidrológico debería tener en cuenta los siguientes criterios de protección:
Contemplará la ejecución de los colectores y de las plantas depuradoras necesarias con el fin de conseguir unos objetivos de calidad "previamente definidos" para cada uno de los tramos de río. La determinación de los objetivos de calidad de cada tramo del río se realizará en función de su capacidad de autodepuración y de los usos que ha de soportar de acuerdo con los Estándares y Normativas vigentes.
Para los núcleos urbanos, industriales o instalaciones ganaderas, todos ellos aislados, cuya integración en redes de saneamiento supramunicipales no sea posible, o resulte antieconómica, se potenciará la instalación de tratamientos blandos, con menos costes de explotación y mantenimientos técnicamente más sencillos.
Se definirán los caudales circulantes mínimos para cada tramo fluvial en función del equilibrio entre sus características ecológicas y los usos a los que pueda verse sometido.
4.2.4. Sistemas de Regulación y Distribución.
Se estudiará la posibilidad de incrementar la capacidad de regulación de los embalses existentes con recrecimientos o cualquier otra actuación que permita un aumento de su capacidad de embalse y la integración al sistema de abastecimiento de los recursos hídricos subterráneos disponibles, con carácter previo a la decisión de realización de nuevas obras de regulación superficial.
Se actuará prioritariamente en la reducción de las pérdidas actualmente existentes, procediendo a la renovación de las mismas donde ello resulte necesario.
4.2.5. Gestión del Ciclo Completo del Agua
Se apoyará institucionalmente la constitución de Mancomunidades o Consorcios para la implantación y explotación en forma asociada de las infraestructuras y servicios de abastecimiento de agua y saneamiento.
El ámbito geográfico mínimo apropiado para la gestión de estos servicios supramunicipales es la cuenca natural.
Se adecuarán las estrategias y formas de funcionamiento de los municipios asociados, en lo referente a la materia competencia del Organismo, a las ordenanzas y normas técnicas del mismo, sin perjuicio de las peculiaridades esenciales de cada municipio.
Se establecerá una política en materia de tarifas de infraestructuras hidráulicas que permita disponer de recursos económicos suficientes para sufragar sus costes de instalación, mantenimiento, amortización y gestión.
4.2.6. Reducción de los Riesgos Potenciales de Inundación
Los Planes Hidrológicos de Cuenca incluirán las determinaciones correspondientes a una coherente prevención de las inundaciones con objeto de reducir los riesgos potenciales de inundación. Se tendrán en consideración las propuestas y la información recogidas en el Plan Integral de Prevención de Inundaciones.
Se considera prioritario apoyar y facilitar actividades de gestión que contribuyan, igualmente de una forma eficaz, a paliar los efectos de los desbordamientos tales como:
Ordenación urbanística coherente con la evaluación de riesgos detectada en el Plan Integral de Prevención de Inundaciones.
Conservación de suelos y reforestación.
Regulación de actividades en cauces de ríos.
Implementación, previsión y alerta de un sistema que permita conocer en cada momento la situación extrema previsible.
Implantación de un sistema de seguros que garanticen la estabilidad económica de las personas, empresas y organismos sujetos a daños potenciales por inundaciones.