La ONU ha publicado su Informe sobre Discapacidad y Desarrollo 2024, revelando preocupantes brechas en el progreso hacia la inclusión de las personas con discapacidad en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). A tan solo seis años de la fecha límite de la Agenda 2030, el informe muestra que las personas con discapacidad no están siendo consideradas en un 30% de dichos objetivos, mientras que en un 14% el progreso que se había logrado se ha estancado o ha retrocedido.
A pesar de alguno de esos pequeños logros en áreas como la educación y el acceso a servicios en línea, siguen existiendo grandes desigualdades en aspectos críticos como la seguridad alimentaria, la salud, la energía y la pobreza. Estas desigualdades son más pronunciadas entre las mujeres con discapacidad, personas indígenas y aquellas con discapacidades intelectuales o psicosociales en áreas rurales. Además, la pandemia de COVID-19 agravó estas brechas, afectando desproporcionadamente a las personas con discapacidad. Un tercio perdió acceso a tecnología asistencial y servicios de accesibilidad, y muchas experimentaron dificultades para obtener alimentos y medicinas durante las fases críticas de la pandemia.
Asimismo, el informe realiza un análisis de los 12 Objetivos de Desarrollo Sostenible, enfocándose en las personas con discapacidad. Los datos muestran que, en áreas clave como la erradicación de la pobreza, la seguridad alimentaria, la salud y la educación, las personas con discapacidad están rezagadas en comparación con el resto de la población. Por ejemplo, 11% de los niños y niñas con discapacidad en edad escolar primaria y el 32% en edad secundaria no asisten a la escuela. Además, las personas con discapacidad son 7 veces más propensas a no recibir atención médica cuando la necesitan, en comparación con las personas sin discapacidad. Por eso, la falta de acceso equitativo a servicios esenciales, desde atención sanitaria hasta energía y saneamiento, refleja las desigualdades estructurales que persisten, especialmente en zonas rurales y para los colectivos vulnerables como mujeres, niños y niñas y personas indígenas con discapacidad.
Otros de los puntos clave es la importancia de la inclusión en los entornos laborales y urbanos, dado que las tasas de empleo para personas con discapacidad son significativamente bajas y las ciudades y sistemas de transporte no son completamente accesibles. Además, la participación en la toma de decisiones y la justicia sigue siendo limitada para estas personas, mientras que los riesgos asociados con desastres y crisis climáticas se ven agravados debido a la falta de preparación e inclusión en las estrategias de respuesta.
El documento insta a una aceleración de los esfuerzos para integrar a las personas con discapacidad en todas las estrategias nacionales. Entre las medidas sugeridas se incluyen la adopción de leyes antidiscriminación, la expansión de la protección social, y la implementación de medidas específicas para garantizar su seguridad en situaciones de emergencia. También remarca la importancia de involucrar a las personas con discapacidad en la toma de decisiones, un aspecto en el que muchos países aún deben mejorar.
El informe de la ONU 2024 hace un llamado urgente a la comunidad internacional para intensificar esfuerzos y garantizar que las personas con discapacidad no sean excluidas en el camino hacia un mundo más inclusivo y equitativo.
Para más información sobre el estudio y sus recomendaciones, puede consultar el documento completo del informe “Informe de discapacidad y Desarrollo 2024” (“Disability and Devolpment report 2024", 2024) publicada por la ONU.