Este proyecto nace con el objetivo prioritario de frenar el deterioro de los ecosistemas en Euskadi y mejorar el estado de los principales hábitats y especies silvestres, terrestres y marinos, abordando también, de un modo integral y sistemático, el fraccionamiento del territorio y el problema de las invasiones biológicas.

Nuestro bienestar y calidad de vida se sustenta en el capital natural, es decir, en la biodiversidad y geodiversidad, incluidos los ecosistemas que proporcionan bienes y servicios esenciales, como unos suelos fértiles y unos bosques multifuncionales, unas tierras y unos mares productivos, agua dulce de buena calidad y aire limpio, así como la polinización, la regulación climática y la protección contra eventos extremos. Además, este objetivo se encuentra alineado con la Estrategia de la Unión Europea sobre la Biodiversidad 2020 que establece una serie de metas y medidas para detener la pérdida de biodiversidad y el deterioro de los servicios ecosistémicos y restablecerlos en la medida de lo posible.

El País Vasco ha desarrollado un largo y continuado esfuerzo para la protección y gestión activa de su capital natural, destacando la labor realizada por las Administraciones competentes en los espacios naturales englobados en la Red Natura 2000 y la gestión de las especies incluidas en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas. Resta todavía, sin embargo, un amplio camino por recorrer para que los ecosistemas terrestres y marinos del País Vasco presenten un estado favorable y mejore sustancialmente la biodiversidad como se proclama desde las directrices de la Unión Europea que persigue detener la pérdida de su biodiversidad para 2020.

A pesar de los avances, buena parte de los ecosistemas están degradados o se están usando insosteniblemente. El Perfil ambiental de Euskadi 2013 indica que se sigue perdiendo biodiversidad y que una parte de los ecosistemas está degradado (el 35% de los hábitats en Euskadi de interés europeo presentan un estado general de conservación malo). Todo esto es debido a presiones de diversas clases. Por un lado, las fuertes presiones que ofrece el modelo económico y social de un país pequeño densamente poblado y fuertemente industrializado en el que la biodiversidad no ha alcanzado el grado de prioridad que se merece. Las especies exóticas invasoras junto con el cambio climático, por ejemplo, pueden acentuar los efectos de las presiones que ejercemos sobre nuestro capital natural.

No cabe duda de que la sociedad está tomando progresivamente conciencia de la importancia de los ecosistemas y los servicios que prestan y de que es necesario poner freno a su deterioro, pero no se ha logrado todavía el grado de corresponsabilidad y convencimiento necesarios para aprovechar y poner en valor el capital natural.

La estrategia tiene un horizonte temporal 2030 y se está planteando realizar una evaluación al año 2020 ya que se encontraría alineado con el horizonte temporal que marca la Estrategia Europea de Biodiversidad 2020. Sin embargo, en estos momentos estos aspectos están por definir y no se podría obtener algo más concreto hasta el primer trimestre de 2016.

En estos momentos la Estrategia de Biodiversidad se encuentra en la fase más inicial de su elaboración, ya que en el mes de noviembre se ha comenzado a realizar el diagnóstico de la situación. Por lo que no se dispone de más información que detalle su estructura estratégica. Sin embargo, se puede adelantar que los principales ejes de trabajo de esta estrategia se encuentran definidos a grandes rasgos en el IV Programa Marco Ambiental, concretamente en el Objetivo Estratégico 1-Proteger, conservar y restaurar nuestro capital natural, preservando los servicios que nos aportan los ecosistemas que recoge lo siguiente:

• Integrar de un modo efectivo la conservación del medio natural en las políticas sectoriales.
• Limitar la pérdida de los ecosistemas y sus servicios.
• Frenar la ocupación de suelo, favoreciendo la mezcla de usos y la regeneración y reutilización de espacios degradados.
• Incluir instrumentos económicos en la gestión del capital natural del País Vasco.
• Comprometer y sensibilizar a los agentes que operan en el territorio de la importancia de los servicios de los ecosistemas.

Esta Estrategia contará con un importante proceso de participación para tener en cuenta toda la dimensión sectorial ligada a la biodiversidad. Se pretende así recoger el mayor número posible de opiniones, propuestas, aportaciones y sugerencias por parte de las personas y colectivos participantes; para ello, se prevén diferentes vías de trabajo: plataforma Irekia (http://www.irekia.euskadi.eus/es/debates/1066?stage=discussion ), redes sociales, espacios presenciales, etc. que todavía están en proceso de definición por parte del equipo redactor de la estrategia.

Los medios a emplear durante 2016 para la elaboración de la Estrategia de Biodiversidad se concretan en 36.000 €, relativos a los trabajos de elaboración y puesta en marcha y seguimiento de las actuaciones que se establezcan.

Por el momento no se puede determinar el presupuesto de ejecución dado que no se ha definido el alcance ni las actuaciones. Se espera obtener esa información a lo largo del primer trimestre de 2016.

En la elaboración de la estrategia está previsto definir la forma en la cual se realizará el seguimiento y la evaluación de las actuaciones propuestas. Por lo que hasta el primer trimestre de 2016 no se podría disponer de información más detallara para este apartado.