Los capítulos
El Plan consta de una introducción conceptual y temática, unos diagnósticos generales, una reflexión a largo plazo en forma de ejes estratégicos, desde los que se proponen líneas de actuación a muy largo plazo, y un plan de líneas y acciones a cuatro años. El Plan se compone así de los siguientes capítulos.
El primer capítulo fija un marco conceptual concebido como una introducción que retoma cuestiones generales del "documento preliminar" de mayo del 2003, pero las amplía para situar mejor las problemáticas sectoriales. En efecto, sería equívoco pensar que la cultura vasca se juega sólo en los sectores analizados. Éstos ciertamente vertebran las actividades culturales, pero no todas las dimensiones de la cultura. No cabe obviar la problemática estructural sobre la que va a operar un plan. Había que contextualizar los problemas generales de la cultura vasca y abrir y ayudar al debate y entendimiento sobre los problemas de la identidad, el concepto de cultura vasca, las percepciones, su salvaguarda respecto a los conflictos políticos, o el contexto del mundo global actual.
Con ello se trata de indicar algunas balizas a modo de contexto pero también de ser conscientes de los límites de lo que puede abordar el Plan. Por ejemplo, no debe entrar en terrenos propios de un Plan General de Promoción del Euskera y, en cambio, sí sobre la presencia del euskera en todas y cada una de los ámbitos y sectores de la cultura. Asimismo sólo puede ser plenamente operativo en una parte de Euskal Herria.
Sin embargo, el delicado carácter de esos temas obliga a considerar esa reflexión introductoria como puramente indicativa, de ayuda, de ensayo de aproximaciones entre distintas sensibilidades, de puro documento de trabajo, no teniendo, en absoluto, ni un carácter prescriptivo, ni de posición común, ni de resolución, que queda reservada para los capítulos siguientes.
El segundo capítulo está dedicado a los diagnósticos, tanto al general sobre la cultura vasca como sobre las tres áreas en las que se ha delimitado la misma: patrimonio, artes e industrias culturales. Para esos diagnósticos se ha partido inicialmente de un estudio sector a sector, que luego se ha compactado por subsectores, siguiendo para ello tanto la cadena de valor como el ámbito social y las políticas ejercidas hasta ahora desde los agentes públicos. Esos diagnósticos detallados, sector a sector, así como los transversales sobre el euskera o la cultura digital, y que figuran en la web, son muy útiles.
El tercer capítulo, el más amplio y sustantivo, pormenoriza el Plan de Cultura partiendo de sus fundamentos: misión, apuesta, direcciones prioritarias y criterios. Se indica el sistema de organización que puede hacerlo viable y se enumeran los ejes estratégicos, líneas de actuación y las acciones con un calendario de aplicación.
El capítulo cuarto está destinado a señalar los dispositivos de seguimiento y evaluación permanente del Plan de modo que se garantice el cumplimiento del mismo.
El último capítulo está dedicado a explicar la metodología seguida, como una experiencia participativa muy fructífera que puede servir también a otras situaciones y territorios.
En el anexo se incluye el listado de participantes en los grupos, bien entendido que su colaboración no les compromete con el resultado final
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