Medio ambiente y desarrollo sostenible
La Conferencia de Estocolmo en 1972 fue la primera ocasión en la que fue reconocido internacionalmente que la protección y la mejora del medio ambiente tienen influencia sobre el desarrollo económico y la prosperidad en el mundo.
El informe del Club de Roma "Los límites del crecimiento" que apareció poco antes ya había llamado la atención sobre el agotamiento de los recursos naturales de la Tierra y los límites de su capacidad.
Sin embargo, fue en 1987 cuando la Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas publicó su informe "Nuestro futuro común" (más conocido como Informe Brundtland por el nombre de su presidenta, la primera ministra noruega Gro Harlem Brundtland) en el que identificaba la unión del Medio Ambiente y el desarrollo como el problema central que debiera abordarse en las próximas décadas. En este contexto se entiende por desarrollo sostenible el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin poner en peligro la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.
Veinte años después de los primeros pasos dados en Estocolmo en la Cumbre de la Tierra, Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en 1992 en Río de Janeiro (Brasil), se alcanzará un amplio acuerdo intergubernamental plasmado en los siguientes documentos:
- Declaración de Principios
- Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
- Convenio sobre la Diversidad Biológica y
- Agenda 21
De todos ellos es, sin duda, la Agenda 21 el documento de mayor relevancia, pues supone un auténtico plan de trabajo operativo para hacer realidad lo acordado en la Cumbre de Río. Así, la Agenda 21 hace explícitos los calendarios y las previsiones de financiación e identifica los agentes responsables de cada tipo de actuación. La filosofía de la Agenda 21 requiere implicar y dar poder a la población local.
La Comisión sobre el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas fue establecida después de la Cumbre de la Tierra para apoyar, alentar y supervisar a los gobiernos, los organismos de las Naciones Unidas y los grupos principales, tales como los sectores comercial e industrial, las organizaciones no gubernamentales y otros sectores de la sociedad civil, en las medidas que habrian de adoptar para aplicar los acuerdos alcanzados en la Cumbre para la Tierra.
En 1997, el Tratado de Ámsterdam, en sus artículos 2 y 6, sitúa en el centro de los objetivos de la Unión Europea «el crecimiento sostenible respetuoso con el medio ambiente» y la integración del medio ambiente en otras políticas. En 2010, la Comisión Europea aprueba la Estrategia Europa 2020 que propone tres prioridades que se refuerzan mutuamente como son: crecimiento inteligente que implica el desarrollo de una economía basada en el conocimiento y la innovación; crecimiento sostenible que propone la promoción de una economía que haga un uso más eficaz de los recursos, y sea más verde y competitiva; y crecimiento integrador que fomenta una economía con alto nivel de empleo que tenga cohesión social y territorial.
En la Cumbre Mundial para el Desarrollo Sostenible de 2015 los Estados Miembros de la ONU aprobaron la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, con el fin de erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad para todas las personas. Se compone de 17 objetivos, 169 metas, así como de una declaración política.
En la Comunidad Autónoma del País Vasco la Ley 3/98 General de Protección del Medio Ambiente aborda la protección del medio ambiente inspirándose en los principios de la Cumbre de Río de Janeiro y establece que la política ambiental del País Vasco se plasmará en un Programa Marco Ambiental que será elaborado por el órgano ambiental cada cuatro años.
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