92. Iglesia de San Martín de Meakaur (Morga)
ETAPA 6: GERNIKA-LUMO • BILBAO
Leyendas y arqueología
La iglesia de San Martín de Meakaur ha estado rodeada de algunas leyendas desde el final de la Edad Media. Lope García de Salazar, el banderizo que en la segunda mitad del siglo XV escribió la crónica que ha permitido estudiar la Lucha de Bandos en el País Vasco, relató que en dicha iglesia fue enterrado Manso o Nuño López, uno de los primeros señores de Bizkaia. Habría sido asesinado a manos de su propio hijo, Iñigo Ezkerra. Hoy en día sabemos que en la crónica de García de Salazar se mezclan noticias verídicas, tradiciones orales, relatos manipulados y opiniones personales que sirven a la idea que subyace al relato: la justificación personal y la defensa de la posición de su linaje. Por tanto, estas informaciones hay que tomarlas con un sentido crítico.
Sin embargo, a fines del siglo XVIII, el clérigo que servía en la iglesia de Meakaur dejó por escrito que en una obra realizada en la sacristía se halló un sepulcro de piedra cuidadamente tallada, con tapas, encajes y goznes, con restos humanos “de un hombre de mucha magnitud”. El sacerdote enseguida identificó los restos con los del legendario señor de Bizkaia.
Sea como fuere, es posible que esa tumba formara parte de un enterramiento altomedieval, como los que se pueden visitar en la necrópolis de Argiñeta. De ser así, esta sería una prueba de la antigüedad de la institución religiosa y de la población del barrio de Meakaur.
Un clásico templo renacentista
La parroquia actual de San Martín corresponde a una de las tantas ampliaciones, reconstrucciones y rehabilitaciones que se producen en las iglesias del ámbito cantábrico vasco entre 1450 y 1600. Por lo que sabemos, ésta de Meakaur ya estaba terminada hacia 1580.
Fabricada en cuidada sillería arenisca, se compone de una única nave cubierta por una bóveda de lunetos, que procede de una reconstrucción de 1853 (realizada por el mal estado de la renacentista), con coro (renacentista) y ábside destacado (cubierto por una bóveda de crucería). Es de una sola nave en la que se abren capillas laterales, algunas con altares y retablos, que se forman a través de grandes arcos, que se apoyan en pilares adosados. Los únicos vanos se abren en la fachada sur, aprovechando los arcos y los lunetos.
Está presidido de un retablo renacentista decorado con escenas de la vida de San Martín de Tours, de dos calles y dos pisos más ático (donde se representa un Calvario). A éste acompañan dos colaterales de la misma época (dedicados a Santiago y a la Virgen del Carmen). El exterior se halla cubierto por un pórtico perimetral.