ETAPA 7: BILBAO • PORTUGALETE

Un elemento industrial en plena ciudad

Las transformaciones de nuestras ciudades en las últimas décadas nos dejan estampas bastante sorprendentes, que repiten situaciones que tuvieron lugar en otros momentos de cambio, como por ejemplo con el inicio de la Industrialización. Nos referimos, a que nos han llegado elementos aislados y descontextualizados y que, en una sociedad en cambio, puede que resulte todo un reto reconocer su naturaleza.

Esto es lo que ocurre ahora, o lo que acontecerá en un futuro no muy lejano, con el horno de calcinación de la mina San Luis. Esta instalación pertenece al contexto de las explotaciones mineras que existían en pleno Bilbao desde el Medievo hasta hace unas pocas décadas, tan cerca como en la margen derecha del río Nervión-Ibaizabal en frente de la iglesia de San Antón.

Estas minas, ubicadas en un inicio casi al borde del cauce, se emplearon, al menos, desde inicios del siglo XV. En aquella época se empleaba un mineral, la hematites, que consiste en un óxido y que es relativamente sencillo de transformar en hierro metálico. Mediante un proceso de reducción, se realiza una transformación química, liberando el oxígeno de las moléculas ferruginosas que forman el mineral. No obstante, la explotación industrial de las minas hizo que se agotaran para mediados del siglo XX.

En aquel momento, se comenzaron a aprovechar variedades de minerales ricos en hierro en los que no era posible realizar, directamente, la citada operación. Entonces, empezaron a aplicar una calcinación previa, que otorgaba a la piedra las particularidades necesarias para extraer el hierro de ella.

Esta calcinación se realizaba en hornos como el que vemos en la plaza Saralegi de Bilbao. Ésta en concreto fue proyectada en 1935 y erigida a continuación. Presenta un cuerpo principal troncocónico de ladrillo (que es donde se cargaba el mineral), una base cilíndrica de mampostería (que hacía las funciones de cámara de combustión) y una chimenea de hormigón de 8m de altura.

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