La actividad forestal en Euskadi está presente en un elevado número de explotaciones de pequeño tamaño como un complemento de las rentas. El tejido empresarial está también dominado por pequeñas empresas vinculadas al aserrío, mientras que los negocios de segunda transformación de la madera se localizan fuera del País Vasco.

El sector se enfrenta a grandes retos, como la elevada edad de las personas titulares, la falta de relevo generacional o el bajo nivel de profesionalización. También a la elevada necesidad de mano de obra, dado que la orografía del terreno dificulta la mecanización del trabajo.

Las condiciones ambientales en los últimos años están favoreciendo el desarrollo de hongos causantes de la banda marrón y la banda roja, que originan importantes pérdidas, agravadas por elevada especialización en el pino radiata, una especie con el mayor riesgo asociado de plagas y enfermedades.

Cabe destacar en positivo el importante papel medioambiental que cumple este sector y el carácter multifuncional de la gestión sostenible de los bosques, con una evolución importante y progresiva de la certificación forestal.