¿Juntos o separados? Los consorcios de bibliotecas como punto de apoyo para la mejora y la innovación

Las bibliotecas siempre han trabajado en cooperación. Ya en la edad media existió un catalogo colectivo realizado de forma cooperativa. Pero han sido las nuevas posibilidades ofrecidas por la tecnología a finales del siglo XX las que han permitido un gran desarrollo de la cooperación bibliotecaria.

Hay dos grandes momentos de surgimiento de consorcios y en cada caso hay un elemento tecnológico que hace de motor. En los años 70, el motor son los sistemas de automatización de bibliotecas y las agrupaciones de bibliotecas reciben entonces el nombre de cooperativas. A finales de los 90, el motor es la información electrónica o digital y las agrupaciones de bibliotecas se llaman consorcios.

A la reunión internacional de consorcios de bibliotecas celebrada recientemente en Barcelona asistieron 132 participantes de 33 países de los 5 continentes. ¿Qué hace que el movimiento consorcial sea tan activo en bibliotecas? ¿Qué actividades realizan los consorcios?

La principal actividad de los consorcios actualmente es la contratación de recursos electrónicos para sus bibliotecas miembros, pero sus actividades se diversifican. Mantienen catálogos colectivos y programas de préstamo interbiblitoecario, realizan programas de formación, tienen almacenes cooperativos... El CBUC, por ejemplo, acaba de realizar un concurso para la selección de los programas informáticos que servirán para gestionar la Biblioteca de Cataluña y las bibliotecas públicas y universitarias.

Los consorcios de bibliotecas están siendo capaces de organizar nuevos  servicios y de disminuir costes en la prestación de los mismos. Recientemente el Gobierno de Cataluña tomó el acuerdo de intensificar la cooperación bibliotecaria y de crear una servicios consorciados entre todas las bibliotecas de Cataluña.

Se expondrá para finalizar que el gran beneficio de los consorcios no está en los tangibles (servicios y ahorro) sino  en los intangibles. Los consorcios son o pueden ser puntos de apoyo para la mejora continuada y la innovación de los servicios prestados por las bibliotecas que los forman.