99. Cinturón de Hierro (Larrabetzu)
ETAPA 6: GERNIKA-LUMO • BILBAO
La defensa de Bilbao
Tras la formación del primer Gobierno Vasco, en octubre de 1936, en plena Guerra Civil (1936-1939), se toma la decisión de construir una defensa alrededor de Bilbao. Aprovechando que el frente se ha estancado entre Ondarroa, Eibar, Elgeta, Mondragón y Otxandio, se iniciará una infraestructura para frenar y, si fuera posible, evitar el acceso del ejército franquista al complejo industrial de Bilbao y de la Margen Izquierda. Este sistema de fortificaciones tomó el nombre de Cinturón defensivo de Bilbao, al que los sublevados añadieron el apelativo “de Hierro”, con clara referencia a la industria bilbaína y para engrandecer la propia acción militar desempeñada contra el sistema de defensa republicano. Actualmente es el nombre más popular de la línea fortificada.
El Gobierno Vasco encargó la construcción de un sistema de defensa que combinaba líneas de trincheras y búnkeres, según la concepción militar vigente en la época en toda Europa y que derivaba la experiencia de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), aunque pronto se vio desfasada, como se pudo comprobar en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
El perímetro de la comarca industrial suponía la fortificación de unos 80km entre Punta Lucero, Barrika, Larrabetzu, Arrakundiaga, Galdames y Muskiz. El coste de la obra era de 50 millones de pesetas de la época y en ella participaron, en los momentos en los que se dio prioridad a su construcción, unos 6000 trabajadores.
La línea de trincheras se reforzaba con nidos de ametralladores y pequeños fortines, cada, aproximadamente 400m, semi enterrados en la tierra. Se llegaron a construir unos 180 de estos puestos fortificados. Las trincheras contaban, también, con pequeños refugios subterráneos, en algunas ocasiones simples galerías horadadas en la roca. Frente a las trincheras se ubicaron las alambradas de metálicas.
Varios factores provocaron que en 2 días la línea cayera y que la semana siguiente los sublevados entraran en Bilbao (el 19 de junio). En primer lugar hay que citar las diferencias entre los bandos en lo que al material bélico se refiere. El bando franquista contaba con el apoyo de la aviación, esencialmente italiana y alemana, y una abundante y mejor artillería, que destrozó las defensas republicanas con bombardeos de preparación. En segundo lugar, el Cinturón estaba sin completar y, además, no estaba preparado para enfrentarse a los ataques aéreos. Finalmente, uno de los arquitectos que participaron en su construcción (Alejandro Goicoechea) pasó al bando sublevado informando detalladamente de las posiciones y de su estado, además de revelar otras informaciones sobre el ejército vasco.
La brecha
Con la potencia de un ejército moderno, con la información sobre los puntos débiles del sistema de defensa de Bilbao en la mano, el ejército franquista atacó por el sector de Gaztelumendi, en Larrabetzu. Ante la posibilidad de verse rodeados y sin medios para detener a los atacantes, los defensores abandonaron sus posiciones. Desde esta brecha se inició la penetración franquista que terminaría por tomar Bilbao en pocos días.
Varias de las instalaciones que aún perduran se ubican en el entorno del citado monte Gaztelumenti, en el barrio de Gaztelu. Sin embargo, varias fortificaciones y refugios se reparten por la zona baja del valle. Así, en el alto que domina la carretera que llega de Morga, sobre el caserío Basaguren, existe un conjunto fortificado en forma de L, con un abrigo de hormigón con aspilleras.
En el propio pueblo, en la calle Mikel Zarate, números 6, 10 y 12, se han conservado otras instalaciones, como un muro aspillerado, aunque se halla en el interior de una edificación reciente. Finalmente, en el grupo de casas ubicado frente al polígono industrial, encontramos varias construcciones de hormigón que formaron parte del Cinturón, entre las que se destaca una pequeña fortificación de hormigón para ametralladora pegada contra las paredes de la casa Iñoena, cercana a Pikene.