117. Centro Municipal de Desinfecciones (Bilbao)
ETAPA 7: BILBAO • PORTUGALETE
La higiene y las epidemias
Durante el siglo XIX, varias epidemias azotaron el País Vasco y entre ellas las principales fueron de cólera, que llegaron a tener una incidencia tan virulenta como para ser consideradas pandemias (afectaron a varios continentes). Este tipo de afecciones tenían una estrecha relación con el suministro de agua potable y se producían por la ingesta de líquido contaminado.
Bilbao sufrió un importante episodio de cólera en 1834, en plena Primera Guerra Carlista (1833-1839). El hacinamiento provocado por el acantonamiento de los ejércitos y la escasez derivada de la guerra tuvieron un papel importante en su aparición y difusión, que se inicio en época estival, es decir, de lluvias escasas. A pesar de las medidas sanitarias adoptadas por la amenaza de las epidemias, entre agosto, septiembre y octubre de aquel año se contabilizaron más de 768 fallecimientos, lo que suponía un crecimiento del 700% respecto a la media de las defunciones de aquella época para el mismo período.
Como decimos, ésta no fue el único brote infeccioso de aquel siglo y, en 1893 el cólera hizo de nuevo su aparición de Bilbao. Estos periódicos ataques, en un momento en que la población de la ciudad aumentaba continuamente, motivaron que el ayuntamiento tomara cartas en el asunto y encarara la construcción de nuevas infraestructuras higiénico-sanitarias, como son el Hospital de Basurto y el Centro Municipal de Desinfecciones de Bilbao.
El Centro de Desinfecciones
Quizá por constituir una institución que estaba destinada a la limpieza y purificación de pestilencias, se erigió un edificio de cuidada estética y decoración. Consta de un cuerpo central y dos laterales, divididos por la entrada y salida de vehículos, que se hacía de forma ordenada separando así el material infectado del higienizado. Tras su ingreso por la parte izquierda, en el cuerpo central se procedía a la purificación de ropas y otros elementos y, una vez tratados, éstos se extraían por la parte derecha del edificio.
Respecto a su construcción, decir que sobre un zócalo de piedra caliza se levantan los muros revestidos de ladrillo y azulejos, éstos decorados con motivos modernistas. Entró en funcionamiento en 1916 y su construcción se debe al reputado arquitecto Ricardo Bastida.