14. Casco antiguo Lezo (Lezo)
ETAPA 1: HONDARRIBIA • DONOSTIA-SAN SEBASTIÁN
Una población milenaria al borde de la bahía de Pasaia
A pesar de que los restos hallados aún no son suficientes para describir cómo era la primera población que se desarrolló en Lezo, sabemos que ésta tuvo su inicio en los primeros siglos de nuestra Era, es decir, en la época romana. Actualmente, se trata del más antiguo de los asentamientos que rodean la Bahía de Pasaia. Situado en un cerro de unos 22m de altura, su accesibilidad a la orilla del mar y su ubicación en la desembocadura del río Oiartzun hacen que éste fuera un lugar realmente atractivo para albergar una población.
Carecemos de más datos sobre este núcleo hasta la Baja Edad Media, cuando la voluntad de sus habitantes de unirse a la villa Hondarribia quedará plasmada en su carta puebla (1203). En esta etapa histórica, se nos presenta como un pueblo vertebrado en torno a su iglesia parroquial, dedicada a San Juan, y cuya riqueza provenía, sobre todo, de los recursos marítimos. Así, en la Época Moderna, la construcción naval sería una de las actividades más pujantes de la población, junto con la pesca y la caza de la ballena.
Un pueblo monumental
La pujanza de la localidad se manifiesta sin duda en la monumentalidad de sus edificios. Su casco antiguo se dispone en torno a la colina que se corona con la parroquia de San Juan (iglesia tardogótica en piedra arenisca) y el desaparecido palacio de Lezoandia, abrigando su mayor aglomeración en la vertiente norte. La principal arteria del antiguo núcleo de poblaciónes es la actual calle Mayor y es en ella donde se agolpan las magníficas casas de sillería arenisca que caracterizan el urbanismo de este caso antiguo. El urbanismo resultante es un conjunto abigarrado de estrechas casas ordenadas a ambos lados de la calle que desemboca en la plaza en la que se disponen los edificios públicos de la localidad (ayuntamiento y alóndiga), así como la otra joya de la arquitectura religiosa de la localidad: la basílica de Santo Cristo de Lezo.
El magnífico templo se alza en la plaza de su nombre y su traza actual combina el estilo renacentista (tardío, 1608-1619) con la ampliación barroca de la capilla mayor (1675-1682). Fabricada en sillería de arenisca, en la parte de los pies aparece cubierta por un casquete hemiesférico decorado con casetones, lo mismo que la cúpula de media naranja fabricada en la segunda fase. También el intradós del arco del coro y el de los arcos fajones que sostienen la cúpula presentan una rica decoración, por un lado geométrica, por otro figurativa, relacionada con la Pasión de Cristo. No obstante, la pieza que mayor devoción despierta es el Cristo cruficicado imberbe que preside el retablo rococó. Aunque la tradición situaba la fecha de fabricación de la talla bien en el siglo X, bien en el XIII, recientes estudios retrotraen esta fecha al siglo XV.