56. Casco Antiguo de Markina (Markina-Xemein)
ETAPA 5: MARKINA-XEMEIN • GERNIKA-LUMO
Una villa en tierra de Banderizos
En 1355, los pobladores de Xemein y su entorno, consiguieron del señor de Bizkaia, don Tello, el privilegio para formar una nueva villa en el lugar llamado Aspiltza, dotándoles del fuero del que gozaba Bilbao y prohibiendo que en ella se asentase ningún pechero, es decir, cualquier poblador no hidalgo, sujeto al servicio de otros señores.
La carta puebla menciona, además, que los guipuzcoanos hostigaban a los hidalgos del valle, referencia que posiblemente señalaba a los poderosos linajes del curso medio del Deba, como es el caso de los Olaso de Elgoibar. No podemos olvidar que en origen, tanto los entornos de Xemein como Elgoibar parecen formar parte de un mismo ámbito territorial, conocido como “marquina”, es decir, un territorio fronterizo entre Bizkaia y Gipuzkoa.
Algunos vecinos del valle quisieron, por tanto, desligarse de cualquier ingerencia señorial y dotarse de su propia organización política y jurisdiccional, reconocida por el Señor de Bizkaia y, al fin y al cabo, por la suprema autoridad del Señorío. Sin embargo, la nueva villa no contaba con una iglesia intramural propia, sino que le fue concedida la parroquia de Xemein, de origen muy anterior. De esta forma, una infraestructura de tamaña importancia para los vecinos de la misma no se sustrajo de las pugnas de los señores del entorno por su patronato. Éstos pretendían lograr nuevos ingresos y, además, hacerse con la primacía en un espacio comunitario de gran protagonismo en el Antiguo Régimen, como es el templo parroquial. En el siglo XV, el concejo de la villa decidió edificar un nuevo templo, San Pedro, que fue derribado en el XIX, por encontrarse en peligro de ruina.
Las bases económicas de la riqueza de la localidad provenían de la producción y comercialización de productos como el hierro, y no es de extrañar que varios de los nombres de los palacios que aún se mantienen y que forman el conjunto monumental de la villa lleven el mismo nombre que los solares ferrones de la comarca, como Antsotegi, Andonegi o Antxia.
Así, la nueva localidad se consolidará y desarrollará urbanísticamente, adquiriendo monumentalidad que presenta actualmente.
Un reciento urbano monumental
El espacio intramural de la villa se configuró mediante 3 calle principales (Okerra, Erdikokale y Guenkale), y otra perpendikular en la parte este (Zearkale), creando un entramado urbano tipo bastida, típica del medievo.
Entre los edificios más reseñables, entre los que datan de una fecha más temprana (en torno al 1500) se deben subrayar las de Antxia y Antsotegi. La primera, consiste en un edificio de sillería de caliza (en su fachada principal) y mampostería, donde destacan las dos ventanas geminadas de la primera planta y las puertas doveladas de la planta baja, una de medio punto y la otra de arco carpanel. Cuenta también con un amplio balcón de hierro forjado del siglo XVIII, en la planta segunda.
Por su parte, la de Antsotegi fue erigida en sillarejo calizo, a excepción de esquinas y vanos (donde se aplica la sillería), con dos puertas doveladas ojivales y dos ventanas rectangulares (abiertas con posterioridad). Son muy reseñables las cuatro ventanas geminadas apuntadas en la planta primera.
Los palacios Andonegi y Solartekua fueron construidos en la siguiente centuria. El primero es un palacio de sillería caliza, con una portada monumental, coronada con el escudo de los Murga, inserto en un frontón partido. Sobre él se desarrollan dos balcones, uno a cada lado. Por otro lado, el palacio Solartekua o Mugartegi (actual ayuntamiento), esquinero, nos muestra una fachada principal similar a la anterior, aunque el muro lateral presenta, en el segundo piso, una magnífica galería de tres arcos. El maestro artífice de este edificio, construido en 1666, es Lucas de Longa, uno de los más distinguidos arquitectos vascos de la segunda mitad del siglo XVII. A subrayar, también, el antiguo edificio concejil (erigido en 1646), que presenta un pórtico elevado sobre siete columnas.