98. Casco Antiguo de Larrabetzu (Larrabetzu)
ETAPA 6: GERNIKA-LUMO • BILBAO
Una fundación tardía
La villa de Larrabetzu se fundó en 1376, la última junto con Errigoiti y Mungia. El documento fundacional dice explícitamente que el objetivo de esta fundación es la defensa de los pobladores de la zona ante los robos y violencias de los Parientes Mayores. En todo caso, resulta contradictorio que en el propio fuero indicara la participación de Parientes Mayores como los Zugasti en la organización política de la villa, al ser éstos los principales señores banderizos de la zona. En todo caso, posiblemente una negociación con los poderes de la tierra de Larrabetzu fue indispensable para evitar su oposición a la concesión de la carta puebla y a la organización de un urbanismo amurallado.
La villa se organizará tomando como eje una sola calle y disponiendo tanto la iglesia de la Asunción como los solares de las casas ordenados a ambos lados de la misma. Como solía ser habitual, en la trasera de las casas se ubicaba un espacio empleado como huerta y, por el exterior, odo el espacio se enmarcaba dentro de una muralla, actualmente perdida. En el extremo sur de la villa se situa la citada parroquia. A partir del siglo XVI se comienzan a erigir nuevas casas fuera del perímetro original, a modo de improvisados arrabales.
A pesar de contar con las características propias de una villa, la actividad de sus pobladores fue eminentemente rural y agropecuaria y este carácter se muestra en la apariencia de los grandes caserones del sector norte de la villa. Por otr parte, un incendio sufrido por la villa en el siglo XIX ha causado que el aspecto actual del conjunto sea fruto de su reconstrucción en estilo neoclásico.
Una de las casas-palacio más monumentales es el palacio Ikatza, que combina la mampostería y la sillería de caliza, fue levantado a fines del siglo XVIII. Presenta tres ejes verticales en la ordenación de los vanos, con balcón corrido de magnífica baranda forjada en el primer piso y, en el segundo piso, pinturas con motivos vegetales, heráldicos y pequeñas escenas de campo.
Otro de los supervivientes de la destrucción del fuego es la casa Anguleria, reconstruida en el siglo XVII sobre un edificio del siglo XVI. De este edificio llama la atención el patín de acceso, porticado, cuya cubrición la forma la planta superior del edificio, que avanza hasta el antepecho de sillería de la escalinada. Este voladizo se sostiene sobre 4 columnas toscanas y una tornapunta.
Finalmente, hacer mención especial a la parroquia de la Asunción, de origen medieval pero que fue reconstruida entre 1777 y 1784 con una fuerte impronta neoclásica. Presenta una planta rectangular y tres naves con cabecera destacada. La altura superior de la crugía central, del crucero y del altar mayor resalta una planta de cruz latina. Combina las fábricas de mampostería y sillería. Su acceso se compone de tres vanos de medio punto y esta fachada es del todo sobria, excepto por el ventanal redondo que luce en el primer cuerpo. Por encima, se eleva otro cuerpo ciego con un reloj y, en lo alto, la torre del campanario. El interior se cubre de bóvedas de cañón sostenidas por arcos fajones. El retablo mayor es también neoclásico.